Lloro tu ausencia antes de vivirla.
Porque sé que pronto me acompañará en la cama.
Preveo noches de sueño negro y
de espera eterna.
Cargo entre los dedos tus recuerdos,
los que tuvimos antes, los que tendremos.
Me pesan como cargar en el cuello tu despedida,
la fría estampa que dejará tu mano,
el vació que quedará sin tu aliento, recién despierto.
Cada día, sin saberlo o por pensarlo demasiado,
me digo que te extraño.
Lo susurro, desde adentro:
-Te extraño.
Me convenzo de ello y salgo a la calle con un hueco.
El mismo por el que se me escapa ahora el universo,
Porque aún ahora,
contigo aquí: te extraño.