Tendido en la raíz,
cerré los ojos queriendo encontrarme.
Pregunté hacia adentro,
como lo chamanes invocan al centro.
Se formó un eco
que me hipnotizó en un sueño
y me habitó despierto.
Vi un claro,
iluminado en el medio.
Con un rocío fresco
suspendido, impalpable, eterno.
Yo que me buscaba persona,
me descubrí lugar.
De todo lo posible: un lugar.
Un universo silente,
un lunar abierto
de infinito tiempo.
Soy un lugar,
adentro de un cuerpo,
en medio de un presente
que nace muerto.
Fotografía de @bernabadillo.
Siempre, ¡gracias!