Me aterra el río,
me pasma el río.
Lamo lo que cabe en ella.
La sed no se sacia,
no descansa.
La piel, una grieta.
Aprendí a beber de la piedra que está cerca.
A degustar su sal, a agradecerla.
Acumulo sedimentos en las huellas,
que me rasguñan dormido las piernas.
Puedo sentir como me cortan las venas.
En cada ola roja,
un grano de arena.
Aprendí a beber agua de las piedras,
para llenar la grieta,
para ahogarme en ella.