Existimos

Caminamos el vacío,

la zona gris de la razón.


Andamos porque podemos.

Respiramos porque nacimos sabiendo hacerlo.


Somos la sombra con carne

que algún día, posiblemente,

jamás existió.


Andamos cargando un alma

que sin saber o querer nos eligió.


Somos la duda eterna

de si alguna vez existió Dios.


Andamos la tierra seca

con los pies descalzos

y las espinas muertas que

la vida nos encarnó.


Somos hoyos negros

que lo transforman todo

empeñados en marcar nuestro paso,

porque no aceptamos la vida efímera

que nos tocó.


Existimos sin saber qué o quién nos creó .

Creemos, creemos, creemos,

huérfanos de apego y fondo.


A veces, estamos,

las menos veces, existimos.

Lo que hay…

Cargar el propio peso,

de tanto en tanto,

calibrar lo que se va sumando

y seguir andando.


¿Podré con esto o con aquello?

¿Tengo que decidir ahora o puedo luego?

Seguir andando,

como si quedara tiempo.


Arrastrar los pies e

ignorar lo que ocurre adentro.

Sentir el piso devorando el cuerpo.

Arrastrar los pies hasta gastar los huesos.


¿Podré con esto o con aquello?


Lanzar la cuerda hasta el otro extremo,

tirar con las manos sin renunciar al peso,

sin saber que lo que se abandonará será el propio cuerpo,

y con él, el presente tiempo.


Entonces, se libera el alma que se niega a tejerse otro cuerpo.

Antes, sentirlo todo, porque el escudo quedó ya lejos,

ser fuego, agua, tierra y viento.


Estar, recordar que sólo basta con estar.

Ser, recordar que sólo basta con ser.


Abandonarse en el propio mar y seguir viviendo.

Descubrir en los muros un futuro nuevo.


Renunciar al eterno comienzo,

porque nada acabó,

es sólo otro espacio y otro tiempo.


Ser, sabiendo que no habrá tiempo,

estar, sabiendo que no habrá espacio.

Decidir ahora, porque luego, ya no hay luego.


Lo que hay, es esto y no aquello.

Siempre adentro

Cargo en los párpados

lágrimas, cristales y huecos.


Cavernas en las que colecciono fracasos

y recuerdos negros.


Si miro al piso, caigo en el vacío directo.

Si miro al cielo, me pierdo en el universo.


Ando ciego, sin camino y sin regreso.


Siento la cuerda en los pies

y entonces lo recuerdo:

escucha bien, escucha adentro.


Adentro, siempre yo,

siempre adentro.

Darse

Uno no se entrega para ser devuelto.

Uno se da porque el corazón

ya no aguanta el propio peso.


La carne, necesita más carne.

Los huesos, otros huesos.

Las venas, otras arterias.

Las sequías, otras tierras.


Uno se da para borrarse los límites,

para habitar las extrañas pieles

y dejar que su vida,

exista en las otras vidas.


Uno que poco sabe de lo propio,

busca en la gota ajena,

la certeza de su existencia.


Y es así como de tanto darse,

ignorante se abandona la propia tierra,

que tarde y seca regresa,

que tarde y seca te espera.

Existo entre límites

Mío, es el espacio entre mis hombros,

no el que creen ver tus ojos y los de otros.


Soy, cuando cierro los párpados

y no me noto.

Cuando respiro profundo y desaparece mi contorno.


Soy cuando siento los labios uno encima del otro.

Lejos de ti y de mí: inalcanzable al todo.


Soy, en el infinito que me ocupa,

si es que éste no me invade.


Soy, cuando logro abandonarme,

cuando estoy entre dos partes,

entre el sueño y la consciencia,

entre la oscuridad y su ausencia.


Existo entre dos puntas de cuerda

tendidas en un infinito de posibilidades.

Hay momentos…

Hay momentos que nacieron para ser recuerdos.

 

Historias finitas,

concebidas para no volver,

para alimentar el tiempo perdido,

y nada más.

 

Despertar.

Tender la cama.

Lavar la ropa.

Regar las plantas.

Destenderla y al recostarse,

tratar de entender

por qué se habita esta casa.

 

Hay demasiado color en esta mesa,

demasiado aire en el techo.

Y, así de pronto, un remolino,

cansado de tanto irse: regresa.

 

Tú al centro y

está vez no hay tregua.

 

Y entonces lo recuerdas:

Hay cosas que existen para no vivirse.

es bueno que lo sepas,

pero también que lo ignores.

 

Hay lo que hay.

Y lo que habrá, lo habrá.

 

Hay cosas que nacen para ser recuerdos.

Aunque quizá, tal vez, esta vez, yo pueda…