Caminamos el vacío,
la zona gris de la razón.
Andamos porque podemos.
Respiramos porque nacimos sabiendo hacerlo.
Somos la sombra con carne
que algún día, posiblemente,
jamás existió.
Andamos cargando un alma
que sin saber o querer nos eligió.
Somos la duda eterna
de si alguna vez existió Dios.
Andamos la tierra seca
con los pies descalzos
y las espinas muertas que
la vida nos encarnó.
Somos hoyos negros
que lo transforman todo
empeñados en marcar nuestro paso,
porque no aceptamos la vida efímera
que nos tocó.
Existimos sin saber qué o quién nos creó .
Creemos, creemos, creemos,
huérfanos de apego y fondo.
A veces, estamos,
las menos veces, existimos.