Cargo en los párpados
lágrimas, cristales y huecos.
Cavernas en las que colecciono fracasos
y recuerdos negros.
Si miro al piso, caigo en el vacío directo.
Si miro al cielo, me pierdo en el universo.
Ando ciego, sin camino y sin regreso.
Siento la cuerda en los pies
y entonces lo recuerdo:
escucha bien, escucha adentro.
Adentro, siempre yo,
siempre adentro.