Tomo un rosario
con la mano en el corazón.
Abrazo cada cuenta
esperando que sientas mi amor.
Pronuncio Padres y Aves
para acallar el dolor.
Suspiro cuando el resto responde cada oración.
Rezo como me enseñaste
cuando me abarca el dolor,
cuando no me encuentro por
la incertidumbre y la desesperación.
Soy una voz huérfana,
que nace de lo que me dejaste en el corazón.
Rezo, porque no quiero olvidarte.
Rezo, porque no quiero dejarte.
¿Dónde estás amor?
Rezo y, en el silencio,
como ocurrió últimamente,
nos abrazamos las dos.