Tus silencios duelen.
Aquí, en los míos.
Comulgan juntos la distancia rota,
la pena que canta y llora.
Arde, en el pecho,
el aire que no se suelta,
que no se vierte,
que no se habla.
Un frío seco,
sin contemplaciones.
Puro como la lágrima.
Sin abrazo, sin calma.
Un suspiro enterrado, clavado,
entre la hebra y el tacto.
La soledad de no saber de ti, de mí.
De lo que nos pasó entre tanto.
Tus silencios, no son los míos,
no son los nuestros,
son tuyos.
Y eso duele tanto…